Lecturas recomendadas

Y bien, finalmente la Corte Constitucional se pronunció y con la mayoría calificada (6 de 9) aprobó parcialmente la petición de la asamblea nacional, y con esto da paso al juicio político en contra del Presidente de la República Guillermo Lasso.

Primera cosa relevante, el juicio político solo versará sobre el presunto delito de peculado, y no sobre los otros delitos que constaban en la fundamentación del pedido de la asamblea.

El peculado es un delito que consiste en la disposición arbitraria de fondos públicos. En doctrina se concluye categóricamente que es un delito calificado (es decir que su autor solo puede ser un funcionario público) y que es un delito de ejecución y de resultados (es decir que debe haber un perjuicio verificado y cuantificable).

Ahora, la Asamblea Nacional deberá debatir sobre la responsabilidad política del presidente Guillermo Lasso en la ejecución de este presunto delito, que según ha trascendido en los medios, sería por la trama de corrupción en el que se ha visto involucrado su entorno cercano.

El delito es -por definición- personalísimo, lo que quiere decir que la responsabilidad por un delito solamente le corresponde a quien actuó con voluntad y conciencia para cometerlo, colaborar con su comisión, o para encubrirlo. Me resulta difícil de creer que la conducta de Lasso se encuadre en estas circunstancias, pero no debemos olvidar que el juicio político no juzga la conducta desde la perspectiva criminal, sino desde la perspectiva política de los asambleístas, que en su mayoría son de una franca oposición al gobierno.

Difícil panorama para el presidente y su gabinete.